Editorial
Por Dra. Lilia Rentería Moreno
El tema de esta revista es la posmodernidad. De entrada el nombre sugiere un más allá de… la modernidad. En esta materia no existe un criterio de verdad, de certeza.
Al parecer en sociología el término se ha utilizado para describir lo que sucede alrededor de los años setenta del siglo pasado en algunos grupos sociales y en las economías predominantes de muchos países del mundo.
Se trata de cambios, sensibles no sólo en la economía, sino con graves repercusiones en el ser humano y en los campos artístico, cultural, literario y filosófico. Dentro de todo ello, ¿qué pasó con el sujeto del psicoanálisis?
La posmodernidad urge al sujeto a sumarse a una profusión de mercancías. Ya no se trata únicamente de una renovación de los paradigmas culturales ni de las múltiples crisis de las tradiciones culturales, sociales y religiosas. Se introduce una inercia que
impone creencias casi teológicas con el barniz impositivo del imperativo categórico del discurso del amo. Se anula al ser, al sujeto en aras de la uniformidad y la estadística.
El discurso biologisista participa en el movimiento incorporándose al psicoanálisis con renovadas fuerzas en su intento por desarmar la individualidad, ¿por qué no? tal vez se descubra un medicamento para sancionar al inconsciente. O ¿qué tal un espectro
conductual detallado para la angustia?
Puede ser que no todo el escenario sea tan terrible y nos veamos obligados a renovar nuestro setting con nuevos elementos. Lo que sabemos es que ya no hay vuelta atrás…